Los Juegos de Oponerse (Digital)
El hombre es un lobo para el hombre:
A la luz de nuestra gloriosa cultura del expolio, sería bastante razonable cambiar la redacción de esa famosa máxima de Plauto para no involucrar a los honestos lobos en asuntos de pura incompetencia humana; supongo, que este paradigma de crueldad quedaría mucho más redondo y verosímil si dijera escuetamente: el hombre es un sicario para el hombre.
Ya que el hombre con el que la humanidad se asoma a su cita de autodestrucción más ambiciosa es un pelotón descerebrado y combativo, depósito de enajenación incontrolable; autómata que debe resolver la fuga del Sentido persiguiendo un irracional señuelo de estandartes y consignas, replicado sobre la falacia del dios proyectivo.
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