Por tan fundadas causas, el que suscribe siente la ineludible obligación de advertir a todos los creyentes y molientes de buena o mala fe, que la ingestión precipitada de los contenidos sulfurosos que se van a proclamar en estos rudos panfletos pueden ocasionar daños irreparables en las membranas devocionales.
No se descarta la brusca irrupción de un estado violentamente espasmódico en las articulaciones inferiores; la repentina emisión de fumarolas, probablemente verdosas, a través de las aberturas faciales, o la liofilización irreversible de la masa encefálica.
Es por ello imperativo que te detengas en el contenido de esta amable advertencia y no incursiones en zonas de riesgo donde las Moiras y el Señor de las Moscas pueden salir despavoridos emitiendo inarticuladas jaculatorias de pánico.